
Se trata de una masía del siglo XVII completamente reformada en el Alt Empordà, en un pueblo de 11 vecinos llamado Pelacalç y absolutamente rodeado de naturaleza y aire fresco. El Hotel nos invitó a conocer de primera mano sus características y la experiencia fue muy especial.





Sin duda nos llevamos una forma distinta de desconectar y relajarse. Agradecemos el trato y los detalles del Hotel, en concreto de Melanie que estuvo por nosotros en todo momento y nos mostró las enormes posibilidades de este espacio singular. Para nosotros, un turismo rural de lujo para quienes quieren evadirse por un tiempo.












